El 16 de septiembre se conmemora el Día Nacional de la Juventud en recuerdo de los jóvenes militantes secundarios secuestrados hace 35 años por fuerzas militares, durante la denominada “Noche de los Lápices”. La fecha fue instituida a través de un proyecto de Ley presentado por el entonces presidente Néstor Kirchner en el año 2006, con el objetivo de "reivindicar la militancia y el compromiso de aquellos jóvenes que fueron desaparecidos en la última dictadura militar argentina".
El 16 de septiembre de 1976, grupos de tareas del Ejército y la Policía Bonaerense irrumpieron en los domicilios de 10 estudiantes secundarios y secuestraron a Francisco López Muntaner, María Claudia Falcone, Claudio de Acha, Horacio Angel Ungaro, Daniel Alberto Racero, María Clara Ciocchini, Pablo Díaz, Patricia Miranda, Gustavo Calotti y Emilce Moler. De ese grupo, sólo cuatro lograron sobrevivir: Díaz, Miranda, Calotti y Moler.
Los jóvenes secuestrados eran estudiantes de la Escuela Normal Nro. 3 de la Plata y militaban, en su mayoría, en la UES y en la Juventud Guevarista. Un año antes, en la primavera de 1975, habían participado de las movilizaciones que reclamaban por el boleto estudiantil secundario, proyecto que tomó ese año el Concejo Deliberante de La Plata y fue presentado por el edil Rodolfo Mariani.
Hoy nos toca recordar a estos jóvenes por su alto compromiso en la lucha, no sólo por el boleto secundario, sino por una sociedad mejor. “Detuvieron a un grupo que militaba en una agrupación política. Todos los chicos que están desaparecidos pertenecían a la UES , es decir, que había un proyecto político, con escasa edad, pero proyecto político al fin”, decía Emilce Moler, sobreviviente de la noche de los lápices. A estos jóvenes hay que recordarlos por lo que sucedió, pero más especialmente por lo que representan, porque son una síntesis de las luchas estudiantiles, las luchas de los militantes jóvenes.
Las y los jóvenes hoy son protagonistas de tiempos que abren el camino a la participación, de una época que los convoca a ser parte de transformaciones sociales profundas, aportando su creatividad, sus ideas y convicciones. Es una época que se constituye desde la memoria de hechos como el de “ La Noche de los lápices”. La política de la memoria, verdad y justicia es la que permite que hoy los jóvenes de nuestro país tengan conciencia de lo que significó el terrorismo de estado. Estos jóvenes de la generación del Bicentenario nacieron durante los 90, con las políticas del olvido y el perdón. Sin embargo, les tocó vivir un cambio de época. Estos jóvenes se constituyeron como tales en un nuevo tiempo que comenzó a poner las cosas en otro lugar. Es una generación hija de un cambio cultural, que revirtió los valores del no te metas y la política como mala palabra, poniendo en primer lugar a la verdad, la justicia, solidaridad y el compromiso.
Por eso, desde la Dirección Nacional de Juventud, les deseamos a todos los jóvenes un muy Feliz Día Nacional de la Juventud y que los lápices sigan escribiendo por siempre!
